Un poco de historia
A finales del XIX ya se aprecia en viejas fotografías que en el mismo lugar en el que hoy se encuentran los Astilleros Nereo, en la antigua playa de San Telmo, hoy de Pedregalejo, ya se reparaban barcos. Sin embargo, el primer astillero del que hay documentación en el mismo emplazamiento es de 1919.
A partir de esa fecha las instalaciones pertenecieron a varios propietarios y tuvieron varios nombres (Don Pascual, El cabo Páez, Juaristi, Crossa), hasta que en 1966 Juan Antonio Sánchez Guitard compra la concesión de los astilleros, transforma las instalaciones y les da el nombre de Nereo, en recuerdo del dios griego del mar.
Desde hace más de medio siglo la familia Sánchez-Guitard está al frente de los astilleros, en uno de los barrios más marineros de Málaga, en su origen, casas levantadas por los propios pescadores para poder tener la vivienda a pocos metros de las barcas de pesca.
El barrio de pescadores de Pedregalejo no ha perdido su esencia, todavía conserva el perfil de casas de no excesiva altura y los Astilleros son parte de su identidad, hasta el punto de que la administración autonómica andaluza ha protegido su actividad, la llamada carpintería de ribera o carpintería naval tradicional, y la ha declarado Bien de Interés Cultural.
Además, Nereo se encuentra reconocido en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial. Sin embargo, pese al apoyo institucional, en la actualidad su futuro no está asegurado del todo por un proyecto de paseo marítimo que lo atravesaría, algo que ha propiciado que respalden la continuidad de los Astilleros Nereo, en el mismo emplazamiento, numerosos colectivos y profesores de la Universidad de Málaga, así como especialistas de toda España.
En cuanto a su actual especialización, ha sido la evolución del negocio la que les he hecho aparcar la construcción de barcos de fibra y retornar a las técnicas clásicas de los antiguos carpinteros navales.
El bergantín Galveztown
Con estas técnicas, los Astilleros Nereo construyen en la actualidad una réplica del bergantín Galveztown, del siglo XVIII, el barco en el que el malagueño Bernardo de Gálvez entró en solitario en la bahía de Pensacola, Florida, y desbarató los fuertes ingleses, para así ayudar a los rebeldes de las 13 colonias británcias durante la Guerra de Independencia Americana, que contó con el respaldo de España.
Para la construcción del barco se emplearán en total unas 60 toneladas de madera de roble, parte de la cual, roble de Virginia, ha sido donada por el Lighthouse Arqueological Maritime Program de San Agustín, Florida, la ciudad más antigua de Estados Unidos, fundada por los españoles en 1565.
Precisamente, varias universidades americanas envían a Astilleros Nereo alumnos para que puedan formarse en las técnicas tradicionales de construcción naval, que emplean brea natural hecha en los montes de Burgos con resina de pino, y se utiliza para pegar las piezas del navío.
El barco fenicio
Los astilleros de Pedregalejo también han realizado recientemente una réplica del pecio (resto arqueológico sumergido) de un pequeño barco fenicio de 2.700 años de antigüedad, localizado en aguas de Mazarrón, Murcia. Para su construcción han usado madera de los Montes de Málaga, ramas de higuera atadas con cuerdas y 1.800 clavos de olivo, también de Málaga.
La ejecución de esta réplica ha permitido además comprobar de forma científica que las medidas (manga o anchura y puntal o altura) coinciden con la actual barca malagueña de jábega, empleada antiguamente para pescar y que hoy se utiliza para la competición deportiva.
Esta coincidencia de medidas y proporciones avala la leyenda de que esta embarcación, la barca de jábega, tuvo un origen fenicio.
Ecomuseo y taller-escuela
Los Astilleros Nereo son hoy una asociación sin ánimo de lucro que ha puesto en marcha un ecomuseo que entre otras cosas ofrece una escuela taller en la que se imparten cursos de formación para construir, diseñar y restaurar embarcaciones de madera. Alumnos de cerca de 20 nacionalidades han podido formarse gracias a este ecomuseo.
También ofrece talleres para hacer nudos marineros, cuerdas y espetos de sardinas, la tradicional forma de asar el pescado en Málaga.
Además, Nereo es el varadero de la Escuela de Navegación Tradicional, asociada al ecomuseo, en la que se puede participar en competiciones de vela, pesca deportiva y remo.
Visitas
Se pueden hacer visitas guiadas a los astilleros para un máximo de 25 personas (jubilados, turistas, parejas, familias, colegios).
Pueden concertar la cita en el teléfono 952 29 11 98 o pedir información al correo electrónico: info@astillerosnereo.com. En cualquier caso, por el carácter abierto de estas instalaciones, si las encuentran abiertas no duden en entrar. Serán bienvenidos.
Artículo escrito por Alfonso Vázquez, periodista en «La Opinión de Málaga»
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